Día 19. 1235 km

Nunca sufrí tanto en bici como los últimos 90 kilómetros para llegar al Chalten, nunca odie tanto el viento y su constante murmuró, pero empezamos desde el principio.


Será porque coger la bici y partir hacia un nuevo lugar que no se muy bien ni donde esta ni lo que me deparara el camino es como habrir las puertas a la incertidumbre en este mundo de certezas. Ese simple acto, el de caminar hacia lo desconocido, me hace recordar la niñez,cuando todo es una aventura y la monotonía y el aburrimiento son palabras extrañas, ese simple acto, alimenta mi espíritu nómada y me habré las puertas a algo que tiene que parecerse a la libertad. Será por todo  esto que a pesar de llegar cansado y aburrido de la bici al destinó, a los 2 días ya estoy ansioso por volver a pedalear.

Después de desayunar en Puerto Natales, tome dirección éste hacia el paso fronterizo casas viejas. El día anterior ya había tomado la decisión de no ir al Calafate y pasar de largo,dejándome en el camino el famoso glaciar Perito Moreno. Las razones 2, por un lado sinceramente no e venido hasta aquí para ir punto por punto a los sitios más masificados de turistas y la segunda razón es puramente económica, visitar el glaciar me hubiera supuesto otros 50 euros en mi ya deficitario presupuesto mensual. Por lo tanto, el Chalten era mi siguiente punto de llegada,417 kilómetros de distancia. El primer día fue todo un placer pedalear,con un cierto viento de cola llegue fácilmente al paso fronterizon situado a unos 20 kilómetros de Puerto Natales para así volver a entrar en Argentina. El día trascurrió mayormente por carreteras sin asfaltar y con un fuerte viento a favor que me ayudó a recorrer 160 kilómetros en 8 horas.

El segundo día las cosas se empezaron a complicar, pues después de girar en dirección sur el viento ya me daba de de un lado y por delante lo cual hizo que sólo pudiera hacer 90 kilómetros en 9 horas, la última hora ya sin agua, avance a duras penas hasta un río del cual pude coger agua y estrenar el filtro. El problema en esta zona de la patagonia es que por muy extensa que sea, no hay un sólo árbol, es un gran desierto con arbustos bajos que hacen que buscar refugio del viento para plantar la tienda sea misión imposible,eso hizo que las 2 primeras noches apenas durmiera, el ruido que producía mi tienda maltratada por el viento en algunos momentos era terrible.

La mañana siguiente el viento seguía pegando del nortoeste , cuando llevaba unas 2 horas pedaleando a un ritmo aceptable aprecie a lo lejos lo que parecían los primeros ciclo viajeros que me iba a encontar después de 21 días y 1200 kilómetros de viaje. Venían en dirección contraria, rumbo a Ushuaia, y casualidades de la vida eran Vascos!!! Agurtzane y Erik ,una pareja que vienen viajando desde México en bici, intercambiamos algunas impresiones,entre ellas me dicen 2 cosas que ya intuía, la primera que una vez tome el cruze hacia el Chalten tendré 90 kilómetros terroríficos pues el viento pega muy fuerte de cara y que ellos hicieron autostop, y la segunda, que desde que comenzaron el viaje no se han encontrado con nada tan duró como la patagonia. La primera me acojona,la segunda me motiva. Nos despedimos y seguimos en dirección opuestas, yo tengo en la mente el parador la leonesa, primer atisbo de civilización en 260 kilómetros. Tras 2 horas de pedaleo llevó y me zanpo 2 trozos de tarta que me saben a gloria ,cojo agua,y me dispongo a afrontar la ultima parte ante de llegar al famoso cruze.

Son las 14:30 del medio día y estoy en el cruze hacia el Chalten, llevó 100 kilómetros hoy , me faltan 90 hasta el Chalten, en un momento dado dudó en acampar y dejarlo para mañana pero luego recapacitó y decidió tirar para adelante, quiero llegar mañana y todo lo que me quite hoy será de ayuda. Es girar al oeste y toda la fuerza del viento se me viene encima, desde el kilómetro 1 me tengo que esforzar al máximo para ir a 8 kilómetros la hora mientras el rugir del viento atormenta mi cabeza y no me deja evadirme del sufrimiento. Sólo consigo pensar en el viento, en la velocidad del cuanta kilómetros y en los metros que avanzó miserablemente... Grandes tramos los recorro andando mientras empujó la bici. A las 7 de la tarde, después de haber recorrido 28 kilómetros desde el cruze, empiezo a buscar un sitio donde poder dormir pero nada esta a salvo del puto viento, 1 hora más tarde y a la desespera intento montar la tienda en  un gran desagüe que pasa debajo de la carretera pero no entra, al final la monto en la boca del desagüe, mal montada, pasó la noche deseando que amanezaca mientras de vez en cuando la fuerza del viento hace tambalear mi refugio. 5:30 de la mañana, es sol todavía no a salido pero yo ya empiezo a recojer todo, en la patagonia el viento amaina  al anochecer hasta la 7 de la mañana más o menos, quiero aprovechar y hacer unos kilómetros más fácilmente. Así, en una hora y media avanzó 20 kilómetros, sólo me quedan 40 pienso, hoy llegó seguro.

La desesperación ya algo mitigada por la cercanía con la que veo el Fitz Roy

Pero el viento despierta a eso de la 7:30 de la mañana y vuelve a ponerme las cosas difíciles, al final consigo hacer los últimos 40 kilómetros,mayormente andando, y llego al Chalten a eso de las 14:30 con un gran alivio de saber que la patagónia seca y ventosa en gran medida se ha acabado para mi.