Día 15. 818 km

Punta Arenas resultó ser una ciudad agradable, con una de las rentas per capita más alta de Chile,esta ciudad forjada por antiguos  buscadores de oro y ganaderos hoy preside el estrecho de Magallames con orgullo.

Buscadores de oro aniquilando a los Selk'nam,antiguos pobladores
 de la región de Magallames.

Después de pasar 2 días en Punta arenas, que aproveche para visitar el museo de los jesuitas,visita muy recomenda esta, y dar un paseo por el legendario cementerio de la ciudad donde están enterradas en  grandes mausoleos las familias de emigrantes europeos que forjaron la ciudad y sus bolsillos a base de esfuerzo y saqueo, me puso rumbo a Puerto Natales encima de la bici. 248 kilómetros que tenía por delante, por suerte el tiempo me acompañó y el viento apenas se dejó sentir. 

Noches más templadas que hacen que acampar no sea una tortura.

Dos noches y 3 días después,Puerto Natales.

Puerto Natales es un pequeño pueblo donde se juntan la mayoría de los turistas que quieren conocer el parque nacional Torres del Painen. Yo,después de pasar una noche en un hostel con un precio más asequible que lo que me había encontrado hasta ahora, deje la mayoría de mi equipaje en el hostel junto a la bici y me diriji en autobús al parque nacional, situado a 120 kilómetros al norte de Puerto Natales. La entrada al parque vienen a ser unos 25 euros, tenía la intención de hacer la vuelta completa al parque que son unos 140 kilómetros en 8 días más o menos, pero debido al tiempo la mitad del parque estaba cerrado. Al final han sido 3 días en los que e caminado unos 70 kilómetros entre lagos y montañas imposibles. También tuve la suerte de conocer a Txema, un joven de Bilbo que estaba haciendo las prácticas como agente forestal en el parque , charlamos un buen rato hasta que llegó el autobús que me traería de vuelta a Puerto Natales.

Mientras escribo esto escuchó el rugir del viento ,amenazante , como si me estuviera esperando fuera y me gritase, SAL COBARDE!!! Hoy descanso,mañana también, el sábado emprenderé la marcha rumbo a Calafate, a ver el Perito Moreno y a dejarme una buena pasta otra vez en la cara y descarada Argentina.