martes, 28 de junio de 2016

Dia 252 23502 km (11502)

Hace 2 dias que llegue a casa, era lunes y habia dormido en un albergue de logroño, tenia intencion de hacer en 2 etapas lo que quedaba hasta casa pero fue llegar a lekunberri a eso de las 7.30 de la tarde y no aguantarme las ganas de ver a mi familia y darles la sorpresa. Hacia las 8.30 de la noche llegue a Andoain y pude abrazar a mi familia, un dia guardado a fuego en mi memoria.

El camino desde Lisboa a sido precioso, con una Portugal que me ha fascinado por su belleza y traquilad y una España muy salvaje y virgen que a hecho de estos ultimos dias de viaje una expriencia muy agradable. 
Con cierta melancolia pero con la satisfaccion del haberme atrevido a vivir esta aventura, solo queda dar las gracias a todos aquellos que han estado hay, para apoyarme, animarme y preocuparse por mi, eskerrikasko!!!


El Tajo, cerca de  Santarem




En la frontera entre España y Portugal.



Plasencia

Plasencia

El valle del Jerte




Avila



El valle del Jerte




Cañon de los Lobos

Entrando a Euskal Herria




Plazaola

No entres dócil en esa buena noche,
la vejez debería arder y enfurecerse al concluir el día;
enfurecerse, enfurecerse contra la muerte de la luz.

Aunque al llegar su fin los sabios sepan que la oscuridad es justa,
ya que sus palabras no desviaron el relámpago
no entran dóciles en esa buena noche.

Los hombres buenos, por ser los últimos, al lamentar lo mucho
que podrían haber brillado sus obras frágiles
se enfurecen, se enfurecen contra la muerte de la luz.

Los hombres salvajes, que capturaron al sol al vuelo y lo cantaron
y que aprenden, tarde, que entristecieron su camino
no entran dóciles en esa buena noche.

Los hombres graves, moribundos, que ven con ojos cegados
que los ojos ciegos podrían arder como meteoros y ser dichosos,
se enfurecen, se enfurecen contra la muerte de la luz.

Y tú, padre mío, desde tu altura triste,
maldice, bendíceme ahora con tus lágrimas feroces, te lo pido.
No entres dócil en esa buena noche.
Enfurécete, enfurécete contra la muerte de la luz.

jueves, 9 de junio de 2016

Día 234. 22182 km(10182)

Ya  lo habré dicho en alguna otra ocasión pero lo vuelvo a repetir, detesto viajar en avión. El trayecto desde el Hostal de la Habana vieja hasta el aeropuerto lo hice bajo una fuerte lluvia que parecía ser la acompañante perfecta de mi estado de animo, me despedia de Cuba bajo el peso de la melancolía, Cuba se quedaba atrás y pronto también lo haría el continente americano. Después de despedirme del agradable taxista y prometerle que si volvía a Cuba le llamaría sólo para darle un banderín nuevo para que substituyera la bandera americana que llevaba colgando del espejo retrovisor,me dirigí a facturar el equipaje y volar de vuelta ha Bogota.