Salí de Cochrane con un ligero sol y bastante viento, pareciese que el tiempo soleadado de los últimos días quisiera despedirse. De la a carretera, que estaba seca , se levantava de vez en cuando una nube de polvo bien por el paso de algún coche o bien por el viento, que otra vez soplaba de cara.Después de un par de días de relax a mis piernas les había entrado la pereza, los primeros kilómetros se me atascan y pienso que se me van ha hacer largos los 320 kilómetros que me separan de Coyhaiqui.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
jueves, 12 de noviembre de 2015
Dia 25. 1585 km.
El Chalten, conocida internacionalmente por estar a las faldas del majestuoso flitz roy, es un pequeño pueblito donde cada temporada se reúne gran cantidad de turistas embutidos en ropas de gore tex. El pueblo es especialmente agradable ,con una luz que se ve reflejada en las rocas rojizas del entorno, da una sensación acojedora desde el primer minuto, tal vez también ayudó que los tres días que pase en el hizo un tiempo precioso. Hay un gran número de hostel, comercios y locales de hostelería pequeños y con mucho encanto.
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miércoles, 4 de noviembre de 2015
Día 19. 1235 km
Nunca sufrí tanto en bici como los últimos 90 kilómetros para llegar al Chalten, nunca odie tanto el viento y su constante murmuró, pero empezamos desde el principio.
Será porque coger la bici y partir hacia un nuevo lugar que no se muy bien ni donde esta ni lo que me deparara el camino es como habrir las puertas a la incertidumbre en este mundo de certezas. Ese simple acto, el de caminar hacia lo desconocido, me hace recordar la niñez,cuando todo es una aventura y la monotonía y el aburrimiento son palabras extrañas, ese simple acto, alimenta mi espíritu nómada y me habré las puertas a algo que tiene que parecerse a la libertad. Será por todo esto que a pesar de llegar cansado y aburrido de la bici al destinó, a los 2 días ya estoy ansioso por volver a pedalear.
Será porque coger la bici y partir hacia un nuevo lugar que no se muy bien ni donde esta ni lo que me deparara el camino es como habrir las puertas a la incertidumbre en este mundo de certezas. Ese simple acto, el de caminar hacia lo desconocido, me hace recordar la niñez,cuando todo es una aventura y la monotonía y el aburrimiento son palabras extrañas, ese simple acto, alimenta mi espíritu nómada y me habré las puertas a algo que tiene que parecerse a la libertad. Será por todo esto que a pesar de llegar cansado y aburrido de la bici al destinó, a los 2 días ya estoy ansioso por volver a pedalear.
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